Winners Train, Losers Complain
Érase una vez un par de niños de una tierna edad que conocieron un juego de estrategia llamado Magic: the Gathering. Ambos empezaron a la vez, disfrutando del juego en los recreos del colegio y también de la misma manera. Eran felices con sus mazos verdes repletos de pequeños elfos y con criaturas de estadísticas de dos dígitos y sus mazos de negros con Vampiros injugables. Los dos (y el grupo que se fue añadiendo posteriormente a las partidas) se divertían mucho con su nuevo hobby, contaban las horas que quedaban para el recreo para poder seguir invocando criaturas y jugar hechizos, y aunque había uno que ganaba más que el resto, no dejaba de ser (para ellos) una anécdota achacable al azar.