La comunidad de Magic ha expresado su voluntad de que haya un nuevo formato que sirva principalmente para salvar el salto entre Modern y Standard. El caso más conocido es el formato Frontier, diseñado por varias tiendas de Japón el verano pasado, del cual ya hablamos en Moxes aquí y aquí. Pero Frontier, como casi todo, tuvo tantos seguidores como detractores, y hoy en día, medio año después, se habla mucho menos del tema.
A Frontier se le sacaron muchas pegas rápidamente, en las cuales se basan sus detractores para darle la espalda. La principal desventaja de Frontier es que está planteado como un formato sin rotación, en el que caben todas las cartas lanzadas a partir de una fecha específica, de manera que es simplemente una reedición de Modern. Frontier es aplicar la misma idea de Modern, pero unos años más tarde. Esto tiene dos consecuencias claras: Frontier acabaría substituyendo a Modern (como Modern hizo en parte con Legacy) y Frontier acabaría teniendo los mismos problemas de Modern.
De toda la polémica de Frontier, la idea que subyace es que, tanto para jugadores como para tiendas, el salto entre Modern y Standard es demasiado grande, y una opción intermedia podría solucionarlo. No obstante, un formato que no tenga rotación no nos sirve, porque sería un nuevo Modern que acabaría desplazando a éste.
Nos queda Extendido. Extendido se extinguió en 2013 porque ya no suponía un formato interesante. Modern había copado las estrategias más interesantes de los últimos Extendidos y las habría revitalizado, mientras que Extendido había dejado de representar una gran cantidad de sets de lo que supone Magic. Extendido tuvo su época, pero hoy en día sería inviable y es ingenuo pensar que Wizards traería de la tumba ese formato. No obstante, la jugabilidad de Extendido sí que nos interesa para intentar confeccionar un nuevo formato. Extendido rotaba anualmente e incluía cartas de los últimos cuatro años (el doble que Standard), es decir, solía tener unas 10-12 expansiones más 2-3 ediciones básicas.
En resumen, queremos:
- Un formato rotativo.
- Un formato en el que quepan cartas que recién salieron de Standard.
- Un formato con el doble de cartas que Standard aproximadamente.
- Un formato que no sea Extendido.
Os presento: ¡Paradigm!
Paradigm es un formato rotativo que combina lo mejor de Modern, lo mejor de Frontier y lo mejor de Extendido y que esquiva los problemas de estos tres formatos.
Paradigm cambia el paradigma de cómo hemos entendido los formatos rotativos hasta el momento. La clave de Paradigm es que las ediciones que lo componen no tienen que ser correlativas temporalmente. La rotación no se basa en el momento en el que fueran lanzadas las ediciones, sino en la jugabilidad y la temática.
Por ejemplo, si Paradigm fuera a rotar con la llegada de Amonkhet, podría incluir el bloque de Kaladesh, el bloque de Cicatrices de Mirrodin (por la temática de artefactos), Amonkhet y el bloque de Theros (por la temática de dioses). O el bloque de Fragmentos de Alara por la temática de Nicol Bolas. Si el siguiente set estuviera basado en razas, Lorwyn y Shadowmoor podrían hacer su aparición en Paradigm. Dos sets seguidos de Standard que tuvieran temáticas monocolores podrían combinarse con Alara y con Tarkir para crear un Paradigm completamente tricolor. Las posibilidades son infinitas.
El beneficio de mezclar sets no correlativos temporalmente está claro: nuevas combinaciones de cartas que serían impensables de otra manera. Tendríamos cartas que nunca han estado juntas en Standard. Esas cartas están juntas en Modern, pero tienen muy difícil superar la barrera de exigencia de ese formato, mientras que en Paradigm podrían llegar a triunfar.
Paradigm está pensado para que sea un reto en sí mismo, tanto para plantearlo como para jugarlo, y ese reto está basado en la mezcla, en las múltiples opciones que ofrecen las cartas que ya existen y que tenemos olvidadas en cajas.
¿Y cómo funcionaría la rotación de Paradigm?
La idea es basar el formato en las nuevas ediciones, de manera que éstas sigan teniendo el foco de la novedad y las ventas no desciendan (no hay que olvidar que esto es un negocio, y los que mandan buscan guita). Cada nueva expansión debería estar siempre en Paradigm. Luego, esas ediciones se emparejarían con otras ediciones de Modern con las que encajen bien.
Esto no se aplicaría siempre al penúltimo bloque, porque éste ya se ha vendido y sigue viendo juego en Standard, de manera que podría darse el caso de que una edición esté en Standard y no en Paradigm. Esto implicaría que el bloque más reciente tendría más sinergias y sería todavía más tentador, porque cartas malas en Standard podrían ser buenas en Paradigm y viceversa. De todas maneras, las ediciones correlativas temporalmente suelen emparejarse bien porque están pensadas para convivir en Standard.
Básicamente, la estructura de Paradigm sería de 2-3 bloques antiguos de Modern, de entre Mirrodin y Tarkir por ejemplo, y 1-4 bloques de dos ediciones de entre las más recientes. Por ejemplo: Time Spiral, Khans of Tarkir, Shadows over Innistrad y Kaladesh (y luego se incorporaría Amonkhet).
Vamos a ver un ejemplo más detallado.
Imaginemos que Paradigm fuese ya un formato hace dos años, cuando se lanzó Shadows over Innistrad. El emparejamiento obvio sería con el antiguo bloque de Innistrad. Y como Shadows tiene relación con los Eldrazi de Battle for Zendikar, incluiríamos Battle for Zendikar y el antiguo Zendikar.
Ese formato de Paradigm habría tenido las siguientes ediciones:
- Zendikar
- Worldwake
- Rise of the Eldrazi
- Innistrad
- Dark Ascension
- Avacyn Restored
- Battle for Zendikar
- Oath of the Gatewatch
- Shadows over Innistrad
- (Eldritch Moon se incluiría tres meses después, sin causar rotación)
Este formato entonces sería Standard más dos bloques antiguos de Modern, con un total de tres años de ediciones, similar a la cantidad del antiguo Extendido. Y ahora es cuando llega lo bueno. Medio año más tarde, sale el bloque de Kaladesh, y ante esto, Paradigm puede tomar diferentes rumbos:
- No quitar nada y simplemente añadir Kaladesh. Tendríamos un Standard ampliado con dos bloques antiguos.
- No quitar nada, añadir Kaladesh y añadir un nuevo bloque antiguo de Modern con temática de artefactos para emparejar con Kaladesh. Podría ser el antiguo Mirrodin o Cicatrices de Mirrodin. El formato tendría entonces el tamaño de uno de los Extendidos de antaño.
- Quitar ambos Zendikars y añadir un bloque antiguo de Modern con temática de artefactos. Podría ser el antiguo Mirrodin, Cicatrices de Mirrodin, o incluso ambos. Tendríamos pues que Paradigm difiere de Standard, porque las cartas de Battle for Zendikar habrían rotado ya de Paradigm y de no Standard, pero muchas cartas de Kaladesh serían más valiosas por tener sinergias con cartas de Mirrodin.
- Quitar Zendikar e Innistrad y añadir dos o tres bloques antiguos de Modern para crear un Paradigm completamente nuevo, de manera que estos bloques se emparejen con los sets que están por llegar, como Amonkhet, en este caso. Por ejemplo, este Paradigm podría empezar con Kaladesh, Cicatrices de Mirrodin, Theros, y luego Amonkhet. Luego se incluiría y el siguiente bloque (Ham&Eggs en los nombres en clave de Wizards).
Esta enorme cantidad de opciones es la clave de Paradigm. Cada vez que rota, hay una manera diferente de afrontar la situación. En Modern, si una carta o un mazo dominan el formato, tienes que prohibirla para siempre. En Standard, cartas como Siege Rhino, Sphinx Revelation o {{ link_flotante Geist of Saint Traft_general_Geist of Saint Traft }} dominan el formato durante los dos años que están en vigor. En Paradigm, cada rotación la enfocas de manera que terminas con esos problemas creando un nuevo formato alternativo, sin tener que prohibir cartas.
Esto parece una locura. Lo sé. En efecto, Paradigm es caótico. La idea que se extrae de la reflexión inicial es que repetir modelos antiguos no parece servir para el estado del Magic actual. Hay que pensar fuera de la caja, y Paradigm es una idea de muy afuera de la caja. ¿Pero cómo hacer este formato sin que sea un caos absoluto e insostenible?
Primero, la rotación tendría que tener un orden cronológico establecido. Ahora que Standard va a rotar cada año, Paradigm podría rotar también anualmente, bianualmente o cada año y medio. O podría tener una rotación parcial un año, y una rotación total al año siguiente. De cualquier manera, habría que establecer unas reglas claras sobre cuándo y en qué medida rotaría el formato (porque no puede rotar cada seis meses), de manera que exista cierta estabilidad.
Además, cada rotación tendría que estar bien estudiada. Haría falta una labor de investigación, testeo y planificación para comprobar las posibilidades de un nuevo formato antes de lanzarlo. Aquí reside la clave del formato, y es que desde Wizards tendrían que hacer un gran esfuerzo para mantener Paradigm interesante. Por otro lado, la época de rotación despertaría muchísimo hype por las diversas opciones que plantea el formato, y esto ayudaría a fomentar la fama del mismo y de Magic en general.
Otra ventaja del sistema de rotación de Paradigm es que las rotaciones nunca son definitivas. Shadows over Innistrad podría salir de Paradigm con la llegada de Kaladesh pero podría volver a estar en vigor en Paradigm dentro de uno o dos años. Esto reduce la sensación de “esta carta ya no vale nada” que ocurre cada vez que un set rota fuera de Standard. Lo mismo podría ocurrir con los bloques de Modern, como Kamigawa, Ravnica, etc., porque en cada rotación, podrían volver a aparecer, de manera que el momento de salir del formato no sería tan doloroso para quienes hayan invertido un dineral.
En conclusión, Paradigm engloba lo mejor de Modern, Frontier y Extended.
Modern es un formato excepcional porque está basado en un cambio de concepción de nuestro juego favorito. Desde Mirrodin, el juego cambió, y Modern recoge todo lo que entra en ese juego modernizado. Esas mismas cartas, como los míticos bloques de Mirrodin, Ravnica o Alara, construirían Paradigm.
Frontier se basa en solucionar el gran salto que existe hoy en día entre Modern y Standard. Cartas buenísimas en Standard no ven juego en Modern y eso hace que se resienta el valor de las mismas cuando rotan. Paradigm, en tanto que formato intermedio, suaviza esa caída de valor para las cartas, de manera que beneficia tanto a jugadores como a tiendas.
Extended contaba con la ventaja de ser un formato más amplio que Standard pero rotativo, de manera que los arquetipos cambian y la jugabilidad es mayor que la de Standard. Paradigm, con esa misma cantidad de cartas, tendría toda la diversidad que hoy en día no vemos ya en Modern, y se convertiría en el “Brewings Paradise” del que hablaban los defensores de Frontier.
No obstante, estoy seguro de que, si habéis leído hasta aquí, habéis encontrado muchísimas pegas. La primera y fundamental es el dinero. Si las cartas de Innistrad, por ejemplo, pudieran jugarse en un formato más, el precio de Liliana of the Veil y de Snapcaster Mage se dispararían todavía más. Si el bloque de Espiral del Tiempo estuviera en Paradigm, el Tarmogoyf sería un staple esa temporada. Dark Confidant, Path to Exile, Serum Visions… Casi cualquier staple de Modern sería staple en Paradigm también. Sin embargo, estas cartas tendrían picos de demanda puntuales (uno o dos años, el tiempo que están en Paradigm), pero los nuevos jugadores que las compraran tendrían mucho más fácil acceder también a Modern. La barrera de entrada a Modern es altísima y, aunque iniciativas como Modern Masters funcionan, acceder a un mazo de Paradigm sería un buen primer paso para jugar Modern. Lanzar Paradigm favorecería a largo plazo la entrada de jugadores a Modern.
De la misma manera, las prohibiciones de Modern serían menos perjudiciales para la comunidad, porque dejarían de ser un “todo o nada”. Una carta prohibida en Modern podría seguir viendo juego en Paradigm por un tiempo, y su caía de precio y de valor se suavizaría.
Otra idea para reducir el impacto económico a las cartas de Modern es dotar a Paradigm de una estructura sólida que sirva como punto de partida, para que en cada rotación no cambien el panorama de precios. Esa estructura sólida le daría estabilidad como formato y además le daría valor a una gran cantidad de cartas que siempre han sido las menos valoradas: las ediciones básicas.
Una opción para hacer Paradigm un poco más ‘eternal’, más limpio y menos caótico sería que las ediciones básicas de Modern fueran siempre legales en Paradigm (se podría dejar fuera Octava para dejar a un lado los anticolores o incluso Novena para dejar fuera la Blood Moon y el borde blanco). Esto le daría a las ediciones básicas un valor que no han tenido nunca y estabilizaría el formato, sobre todo sabiendo que muchos de los bloques de Modern estaban pensados para ir compaginados con una edición básica. De esta forma, Paradigm tendría una estructura sólida con cartas como Birds of Paradise, Llanowar Elves, Lightning Bolt, Mana Leak, todas las Painlands, etc. La inclusión de tantas ediciones no cambiaría demasiado lo dicho hasta ahora sobre Paradigm, porque las ediciones básicas están basadas en redundancias y nunca han sido problemáticas en cuanto a prohibiciones (no estamos hablando de tierras artefacto, Engrampacráneo ni Dig Through Time).
Con todo esto en mente, con la comunidad de Magic (tanto jugadores como vendedores) pidiendo un nuevo formato que solucione el salto entre Standard y Modern, y sabiendo que Magic va a durar años y va a seguir creciendo, esta es mi propuesta de afuera de la caja. Espero que al menos os haga pensar y os entretenga.