
Hablando del tema de llorar o no, acabo de hacer segundo en un 8-4 del MOL.
En la primera ronda, en la primera partida, el MOL y sus lags me han hecho irme a mulligan a 3. No pulséis demasiadas veces en el botón de Mulligan, queridos niños.
En la segunda partida estaba buscando dos tierras, sólo dos lo prometo, y en su busca he acabado en el peligroso barrio del mulligan a 4. Ante esa situación hay dos opciones
a) me chino y digo que esto es culpa de la mala suerte, me encabrono y tal. Seguramente nadie me podría decir nada porque ahí no se puede jugar
b) acepto lo que hay e intento mantener una actitud positiva. Una actitud positiva es clave en este juego, ya que toda la energía que dediquemos a maldecir nuestra mala suerte es energía que no estamos dedicando a pensar la mejor jugada.
He ganado esta segunda partida con mi mull a 4 y la tercera también, y la segunda ronda también la he ganado.