¡Hola a todos un martes más! Me encanta jugar a Magic, es de largo el juego que más me gusta de todos los que he probado en mis 36 años, llevo jugando al mismo 23 años ya y no tiene pinta de que me vaya a cansar pronto. Pero hay una cosa que odio de Magic, seguramente la que menos me gusta del juego: perder. Odio perder. No me gusta perder a nada, pero a Magic menos. Y como no tengo la habilidad innata de jugadores como Jon Finkel resulta que pierdo más de lo que me gustaría, con todo lo que eso conlleva: falta de seguridad en uno mismo, autoflagelarme pensando que soy el peor jugador del mundo y que no me cunde nada el tiempo que dedico (y ya os adelanto que es mucho), etc etc.
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